26.11.2020

The most important forgive of them all is the one you give yourself, and to get there, we must be able to be understanding and kind to ourselves. It sounds easy but is not. 

The question is: how come we are thoughtful to other's mistakes and flaws but relentless to our own? 

Aren't we who comfort our friends in disgrace, who hold their hands and heal their wounds? 

How haughty are we? Incapable of freeing our souls from resentment just get to darken them and the way back is still unknown. Maybe there is no such thing and we are leading ourselves to a place where we got lost for good. 

I've been mean to myself, as cruel as possible, as tough as I could, 'till the illogical point where feeling guilt actually helped me to manage guilt in itself. It was somehow my strategy to be accountable for my actions, for my decisions.  But guilt ate me up and I sank deeper.  

For the first time, I must acknowledge the other side of the truth and allow myself to grant me the forgiveness I much desperately need.

I said it before, we are all heaven and hell, light and darkness. I am. 

We are the same and we must keep that in mind. We love and hurt, we take care and abandon, we hold and let go, we promise and forget, we trust and make mistakes. We are the same.  

Being capable of being nice to others does not keep us from hurting them also. When we look inside and find the reasons behind our doing, we realize how unfair we have been. 

Love is the main point. As simple as that. 

Love shouldn't be condemned. We shouldn't  be condemned

I've spent years decoding the reasons for my behavior, looking for an explanation for such heartless acting.

The answer is simple, I fell madly for you and I forgive myself for doing so. For the storm, I unleashed and the pain I caused, for every person I hurt and every heart I broke. For every single thing that has made me feel ashamed, my choices, my lies, my life. I forgive myself for believing and trusting, for dreaming, and of be willing to pay the consequences. 

I forgive myself cause I know that somehow all this journey has got me closer to be the person I must become. 

With tears in my eyes and my heart still hurting, I can say that I've walked a long way from the person I used to be and that despite all, I feel more proud than ever of the woman I see through the mirror every morning.

Pain means growth and to grow is always worth it. 

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El perdón más importante de todos es aquel que te das a ti mismo y para poder llegar a eso, debemos ser capaces de ser comprensivos y amables con nosotros mismos. Suena fácil pero no lo es.

La pregunta es: ¿Por qué somos considerados ante los errores y fallas de otros pero implacables con los propios?

¿No somos nosotros lo que consuelan a los amigos en desgracia? ¿Los que sostienen sus manos y curan sus heridas?

¿Qué tan orgullosos somos? Incapaces de liberar nuestras almas del resentimiento solo logramos obscurecerlas y el camino de vuelta aun es desconocido. Tal vez no exista tal cosa y nos estamos llevando a un lugar donde nos perderemos para siempre.

He sido despreciable conmigo, tan cruel como me fue posible, tan dura como pude, hasta el ilógico punto en que sentir culpa me ayudaba a manejar la propia culpa. De alguna forma, era una estrategia para responsabilizarme por mis acciones, por mis decisiones. Pero la culpa me carcomió y me hundí aún más profundo.

Por primera vez, debo reconocer el otro lado de la verdad y permitirme concederme el perdón que tan desesperadamente necesito.

Lo he dicho antes, todos somos el cielo y el infierno, luz y obscuridad. Yo lo soy.

Somos iguales y debemos recordarlo.  Amamos y herimos, cuidamos y abandonamos, sostenemos y dejamos ir, prometemos y olvidamos, confiamos y nos equivocamos. Somos iguales.

La capacidad de ser amables con otros no evita que los lastimemos también. Cuando miramos al interior y encontramos las razones detrás de nuestro actuar, nos damos cuenta lo injustos que hemos sido.

El amor es la clave. Tan simple como eso.

El amor no debería ser condenado. Nosotros no deberíamos ser condenados.

He pasado años tratando de descifrar las razones detrás de mi comportamiento, buscando una explicación para tal crueldad.

La respuesta es simple, me enamoré locamente de ti y me perdono por eso. Por la tormenta que desaté y el dolor que causé, por cada persona que lastimé y cada corazón que rompí. Por cada una de las cosas que me ha hecho sentir avergonzada, mis decisiones, mis mentiras, mi vida. Me perdono por creer y confiar, por soñar y estar dispuesta a pagar las consecuencias.

Me perdono porque sé que de alguna forma toda esta travesía me ha acercado a ser la persona en la que me debo convertir.

Con lágrimas en los ojos y el corazón aún herido, puedo decir que he recorrido un largo camino de la persona que solía ser y que a pesar de todo, me siento más orgullosa que nunca de la mujer que veo en el espejo cada mañana.

El dolor significa crecimiento y crecer siempre vale la pena.